Los ojos son como el espejo de nuestro reflejo, sin decir una palabra.
Sin embargo basta una mirada para decir mas de mi palabras,
hasta lo que crees tener oculto o en secreto lo refleja una mirada,
una mirada es suficiente para saber como eres, quien eres y que quieres.
Sobre todo tus ojos, tu mirada tan transparente y profunda a la vez,
tu mirada penetrante, cálida y a veces tan fría que provocas miedo.
Con una mirada, reflejas todo, puedo saber si estas triste, contento,
enojado, decepcionado. No se si tal vez sean tus ojos un espejo y tu mirada
un camino largo que hay que recorrer, pero me basta una mirada tuya,
para que me hagas sentir amada, querida y deseada.
Con una mirada tuya haces que mi cuerpo se estremezca
y provocas una sensación de calidez y paz en mi interior.
Pero en ocasiones tu mirada es fría, al igual que tus manos,
tus manos que queman al tocarlas, como tus ojos al mirarlos.
Detrás de esa mirada fría, existe todo un mundo,
ansioso por conocer, lleno de calor y de pasión.
Que solo tu eres capaz de demostrar y hacer sentir,
con esa mirada que puedes decir lo mucho que amas o lo mucho
que odias, esos ojos que recuerdo cada vez que me voy a dormir,
Ese calor y pasión que expulsas y que me quema,
cuando recorres todo mi cuerpo con tu mirada.
Así llevo tu mirada grabada dentro de mi, mirada que hoy perdió
su brillo, su chispa, perdió su calor, hoy es una mirada triste y vacía.
Una mirada sin nada que ofrecer. Una mirada que hace mucho
no provoca un sentir en mi piel, que no me brindas calor, ni pasión.
Tus ojos un espejo, tu mirada todo un camino por recorrer.
Los Heraldos Negros
ResponderEliminar(1918)
LOS HERALDOS NEGROS
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé.
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé!...@@@@@@!!!!!!!
me gusto mucho y tus ojos solo reflejan amor y dan calor te quiero mucho hermana
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